¿Dónde, dónde pues escuchará mi alma del Cristo de la Biblia?
¿Dónde pues enjugará mi alma sus lágrimas?
Pregoneros, levanten sus voces para yo escuchar
y mi alma será vivificada.
¿Dónde pues escuchará mi alma del Cristo de la Biblia?
Mis pies ansiosos y cansados recorren las calles y los templos.
¿Dónde están proclamadores de justicia?
Mi alma espera a sus voces...