Palabra de Dios
Fecha: 04/03/2012
Lugar: Cartagena, Colombia
Josué 1:3-6 (RVR1960)
3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.
5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
¡Estás cualificado!
“…A TODO LO QUE TE ENVÍE IRÁS…” (Jeremías 1:7)
Jeremías le dijo a Dios: “…¡Yo no sé hablar, porque soy un muchacho!” (v. 6). ¿No te resulta familiar? ¿Has estado diciéndole a Dios: ‘No estoy capacitado’? Dios le dijo a Jeremías: “No digas: "Soy un muchacho", porque a todo lo que te envíe irás, y dirás todo lo que te mande.No temas delante de ellos, porque contigo estoy…” (vv. 7-8). Cuando los actores se presentan a una prueba, el director hace lo que se llama “segundas pruebas”. En ellas, el actor es aceptado o rechazado para el papel. Pero cuando un actor tiene mucha experiencia y reputación, a veces el director le ofrece el papel sin tener que demostrar nada. Debes entender lo siguiente: Dios no hace “segundas pruebas”. La razón es que ya te ha designado un papel que sólo tú puedes representar.
Por mucho que otros traten de copiarte, nunca serán como tú. Cuando Dios dice: “…Yo te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia a mis ojos” (Éxodo 33:12), cuídate de no responder a ninguna otra llamada que no venga de Dios. Puesto que Él te ha creado con todas las cualificaciones que necesitas, no tienes que transigir en tus convicciones, ni manipular, ni mencionar tus contactos importantes ni hacer favores especiales. ¡El papel es tuyo! No tengas envidia de nadie, ni te sientas intimidado por nadie, por muchos talentos que otros tengan. En los ojos de Dios, no hay competencia: ¡Tú eres el idóneo! Tú eres quien encaja perfectamente, porque te formó pensando en esa función. Cuando te sientas inseguro o poco cualificado, recuerda lo anterior.
Por:
Por Bob y Debbie Gass