Un grito de angustia: ¿Dónde?


¿Dónde, dónde pues escuchará mi alma del Cristo de la Biblia?

¿Dónde pues enjugará mi alma sus lágrimas?

Pregoneros, levanten sus voces para yo escuchar
y mi alma será vivificada.

¿Dónde pues escuchará mi alma del Cristo de la Biblia?

Mis pies ansiosos y cansados recorren las calles y los templos.

¿Dónde están proclamadores de justicia?
Mi alma espera a sus voces.


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