Amados PASTORES, siervos del Señor. Escribo estas líneas no por mi propio impulso humano sino para que sea glorificado el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
Dios sabe la intención del corazón de cada uno de ustedes dentro de la obra del Señor. Hay parámetros celestiales que no deben ni pueden ser violados, ultrajados ni muchos menos cambiados. La palabra de Dios es y será la misma por los siglos de los siglos. No hay relativismo en ella, es absoluta.
Ahora bien, ¿Está su corazón, sus oraciones, peticiones, proyectos, estrategias y finanzas conectados en la perfecta voluntad de Dios?
¿Dentro de su labor, está usted apacentando a sus ovejas, fortaleciendo las débiles, curando la enferma, vendando la perniquebrada, volviendo al redil la descarriada y buscando la perdida?
Amado Pastor, solo Dios y usted lo sabe. Es tiempo de detenerse y meditar acerca de lo que usted realmente está haciendo en la obra de Dios. Recuerde que fue el Señor quién lo llamó a usted para desarrollar el ministerio en pro de edificar la iglesia de Cristo, la novia del Cordero. Esto no es un juego.
Cristo vendrá pronto y cada día se cumple plenamente su palabra, no hay recesos ni descanso.
Pastor, usted elige en pos de quien va... pero no olvide que Jehová habló y profetizó contra los pastores de Israel. (Ezequiel 34)
Dios les bendiga.
Ezequiel 33:6
Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
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